La prueba consiste en administrar por vía oral una solución de lactosa y recolectar el aire espirado a distintos tiempos (cada 30 minutos), para determinar así la cantidad de hidrógeno y/o metano exhalado a través del aliento. La duración total de la prueba es de 3 horas y media (210 minutos).
En condiciones normales la lactosa es absorbida en el intestino delgado. Si existe una insuficiente absorción de la lactosa debido a una deficiencia enzimática, esta alcanza el intestino grueso donde es fermentada por las bacterias residentes, produciendo gases (hidrógeno y/o metano) que son absorbidos parcialmente por la sangre y expulsados a través del aliento. De este modo, según los resultados obtenidos de hidrógeno y/o metano espirado para cada toma, podemos detectar una posible intolerancia a la lactosa.
Para la interpretación de los resultados deberás acudir a un especialista que conozca tu situación clínica, siendo esto imprescindible en el caso de que alguno de los resultados sea positivo.